Antes de que un nuevo producto BRIO salga a la venta, debe superar una estricta prueba de calidad que incluye la verificación minuciosa de seguridad para juguetes. Esto se lleva a cabo durante la fase inicial del diseño en el tablero de dibujos y, posteriormente, en los prototipos que se desarrollan. Durante este proceso, los diseñadores de juguetes de BRIO se preguntan si un juguete cumplirá con los requisitos legales y el nivel de calidad, seguridad y durabilidad por el que es conocido BRIO.
A continuación, se seleccionan los materiales para el juguete y se completan las primeras copias. Estas están sujetas a extensas pruebas de durabilidad en las que están expuestas a miles de repeticiones en las máquinas de BRIO especialmente diseñadas para el testeo de juguetes. El juguete no pasará a la siguiente fase hasta que no haya superado estas pruebas.
Si el juguete consigue superar estos retos tan estrictos, la siguiente evaluación de calidad incluye medir el riesgo mecánico y químico, además de poner a prueba los materiales que se usarán en la producción. BRIO suele encargarlos a proveedores regulares. Siempre que sea posible, usamos materiales que ya existen en nuestros productos y que ya han superado nuestros tests. Los proveedores deben cumplir con una larga lista de requerimientos específicos y BRIO vuelve a probar los materiales a posteriori.
BRIO se encarga de procesar y montar todos los juguetes de sus fábricas en China y en la República Checa, lo cual le permite controlar totalmente todo el trabajo de procesado.
Para acabar, se testea el juguete en un laboratorio externo para garantizar que cumpla con todos los requerimientos mecánicos y no excede los estrictos límites de centenares de sustancias que no pueden exceder los artículos y juguetes infantiles.